Jesús ante Pilato
Se levantó, pues, toda la
asamblea en pleno, y lo llevaron ante Pilatos. Y comenzaron a acusarlo:
"Hemos encontrado a este hombre, que pervierte a nuestro pueblo
prohibiendo pagar los tributos al César y diciendo que él es Cristo
rey."
Entonces Pilatos le preguntó:
"¿Eres tú el rey de los Judíos?" él le contestó: "Pues
sí, lo soy." Dijo luego Pilatos a los pontífices y al pueblo:
"Yo no encuentro delito alguno en este hombre." Pero
ellos insistían con más ahínco: "Está amotinando al pueblo con
lo que enseña por toda Judea, desde que comenzó por Galilea hasta llegar
aquí."
Jesús ante Herodes
Al
oír esto Pilatos, preguntó si aquel hombre era galileo; y cuando se entero
de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo mandó a Herodes,
que también estaba por Jerusalén por aquellos días.
Al
ver Herodes a Jesús, se alegró mucho; porque desde hacía bastante tiempo
estaba deseando verlo por lo que había oído acerca de él, y aún esperaba
verlo hacer algún milagro.
Hízole,
pues, muchas preguntas; pero él nada le respondió. Entre tanto, los pontífices
y los escribas estaban allí, acusándolo con vehemencia. Entonces Herodes,
con su escolta, después de tratarlo con desprecio y de burlarse
de él, mandó ponerle una vestidura espléndida y se lo devolvió a Pilatos.
Y
aquel mismo día, Herodes y Pilatos, que antes estaban enemistados entre
sí, se hicieron amigos.
Lucas
23, 1-12
Mandado
por Poncio Pilatos, Jesús comparece ante Herodes el Tretarca para que
fuera juzgado según la costumbre judía. El Rey picado por su curiosidad
al haber escuchado tanto de las enseñanzas y milagros de Jesús de Nazaret,
le pregunta e increpa para ver si se manifiesta Dios en la persona de
Jesús a través de la realización de algún milagro. Pero Jesús, que nada
habla entre escribas y fariseos colma la paciencia de Herodes, que le
viste con la túnica blanca de la burla y le manda de nuevo ante Pilatos.
Nos
encontramos ante el único paso de los llamados de Tribunal que procesionan
en la Semana Santa de Huelva .El misterio representa el momento en que
Herodes
desprecia a Jesús.