A las puertas de
una nueva primavera, preludio de un nuevo
Miércoles Santo, la Hermandad de la Victoria
comienza a escribir nuevamente con letras de
oro la historia viva de una corporación, que
conmemora los 75 años de fundación
Celebración
jubilosa, de reflexión y de futuro, ante una
efeméride que nuestra hermandad no puede
pasar por alto, una efeméride para dar
acción de gracias al señor y felicitación
sincera a todos sus hermanos, que a lo largo
y ancho de los días y de las horas de estos
75 años, han hecho y escrito, la realidad de
una hermandad, santo y seña de nuestra
ciudad.
Desde su
fundación, la vida de nuestra hermandad ha
seguido hacia adelante, con sus eventos, sus
altibajos, sus grandezas y sus logros,
siempre marcándose nuevos retos, sin caer en
la desidia y sin querer ni olvidar, el
compromiso que tenemos como institución
cristiana, de la continua preparación
catequética, para así poder abordar el mayor
de los retos.
No puedo pasa
por alto, el que ha sido el hecho mas
importante, solemne y emotivo que nuestra
hermandad haya podido acontecer, la
Coronación Canónica de María Santísima de la
Victoria. Un hito en la historia reciente de
nuestra corporación, que ha quedado grabado
en los anales de nuestra ciudad.
Me pregunto en multitud de ocasiones, que
pensarán los fundadores de nuestra
corporación después de 75 años de vida de
nuestra hermandad, del estado actual de la
misma, de la feligresía que gira en torno a
una Parroquia, antiguamente inexistente y
precaria, de nuestro patrimonio humano y
material alcanzado, en definitiva, lo que es
ahora nuestra Real e Ilustre Hermandad de la
Victoria. Gracias a ellos y a todos los
hermanos que a lo largo de la historia, han
formado parte de nuestra corporación,
hermandad que ha llegado a ser lo que es
ahora gracias a ellos.
Espero y deseo, que el programa de actos y cultos que
a continuación os presentamos, sea del
agrado de todos vosotros y en especial de los
hermanos de nuestra corporación.