En la mañana de hoy la Virgen de la
Victoria está siendo ataviada por sus camaristas y
por las Reverendas Madres Teresianas que, desde el
año 1989, poseen el título honorífico de Camaristas
Honorarias de María Santísima de la Victoria.
La relación entre las Teresianas y la
Virgen de la Victoria se remonta al año 1939, es
decir a la mismísima fundación de nuestra
corporación. De hecho, la Reina del Polvorín fue
ataviada por primera vez para su bendición, el 8 de
diciembre de 1940, por las Madres Teresianas en la
antigua capilla del Colegio, hoy Iglesia de San José
Obrero, desde donde fue trasladada a la Parroquia
del Sagrado Corazón de Jesús.
Una vez finalizado este ritual de
cada año, María Santísima de la Victoria será
vestida por su vestidor, N. H. D. Nicasio Durán
Castellano, para su subida a un paso de palio que es
la plenitud de la armonía y el equilibrio perfecto.