Queridos hermanos y hermanas de la Real e
Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la
Humildad y María Santísima de la Victoria.
Una vez pasado el Miércoles Santo tan atípico
que hemos vivido, me dirijo hacia vosotros para
agradeceros y felicitaros pues, aunque yo sabía
de la devoción que le profesamos a nuestros
sagrados titulares, me he quedado gratamente
impresionado al ver que una vez más ha
sobrepasado mis expectativas.
No puedo borrar de mi memoria la última imagen
que tengo grabada en mi retina de nuestra
capilla minutos antes de cerrar nuestra
parroquia repleta de flores y de las inmensas
colas que hacíais junto a miles de devotos a las
puertas para compartir con ellos un ratito en
ese día tan significativo para todos nosotros.
Me siento muy orgulloso del ejemplo, la
responsabilidad, el sentido del deber, el
civismo y la humanidad de todos y hacer especial
hincapié en la solidaridad demostrada en los
tiempos tan difíciles que corren.
Quisiera también agradecer la primera visita del
Sr. Obispo de la Diócesis Mons. Santiago Gómez
Sierra, dejándonos para la posteridad unas
palabras en el libro de honor de la hermandad.
Además, me gustaría agradecer y acordarme de las
cuadrillas de costaleros, que no han podido
disfrutar recorriendo las calles de Huelva junto
a ellos, ni de los ensayos y de esos momentos de
convivencia.
No puede faltar mi mención al cuerpo de
diputados por su compromiso y generosidad hacia
la hermandad por el exorno floral, junto a las
personas que componen el grupo de flores, que se
encargan de mantener nuestra capilla todo el
año.
Es duro no poder vivir otro nuevo Miércoles
Santo después de la formación de la Banda de
Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús de la
Humildad. A todos sus integrantes les doy mi
apoyo y aliento para que sigáis manteniendo viva
la ilusión de poder acompañar con vuestros sones
a Nuestro Padre Jesús de la Humildad. Igualmente
todo mi apoyo a los componentes de la Sociedad
Filarmónica de Pilas, por sus ganas y esfuerzo
para que el trabajo discográfico siga adelante.
Acordarme del cuerpo de nazarenos, que no han
podido iluminar el camino de nuestros sagrados
titulares por las calles de Huelva, al cuerpo de
acólitos y a todas esas personas que se acercan
a cantarles, rezarles y acompañarlos en la
Estación de Penitencia.
Y, por último, no dejar en el olvido a todos los
hermanos que tristemente nos han abandonado
durante esta larga pandemia.
Quiero tener una mención especial a mi Junta de
Gobierno que me ha acompañado, ayudado y guiado
estos años al frente de nuestra queridísima
hermandad.
Esperemos que el próximo Miércoles Santo
volvamos a la ansiada normalidad y podamos
volver a sentir y vivir de nuevo todo lo que
esta pandemia nos ha arrebatado, y por fin poder
ver en olor de multitudes a Nuestro Padre Jesús
de la Humildad y Nuestra Madre y Señora de la
Victoria Coronada.
Os envío de todo corazón un fuerte abrazo en mi
nombre y en el de mi Junta de gobierno.
Luis Manuel Parrales
Curcho
Hermano Mayor