La jornada del 8 de diciembre es esperada por
todos los devotos de la Santísima Virgen de la
Victoria por ser el día del año en que el pueblo
de Huelva acude a su llamada para besar su
bendita mano. Las restricciones que nos
acontecen como forma de prevención de la
pandemia por COVID-19 hicieron que, el beso que
Huelva entrega a la Reina del Polvorín, se haga
esperar un año más.
El día en que celebrábamos la proclamación del
Dogma de la Inmaculada Concepción se abría el
día de ayer, a las nueve de la mañana, con la
Virgen de la Victoria dispuesta en el
presbiterio de la Iglesia del Sagrado Corazón de
Jesús de una forma resplandeciente. Enmarcada en
un altar preparado para los cultos de diciembre
en su honor, la priostía de la Hermandad tuvo a
bien el recordar la importancia litúrgica del
día que ayer celebrábamos para, con la
colaboración de nuestra querida Archicofradía de
la Vera Cruz y Oración en el Huerto, contar con
el simpecado inmaculista presidiendo el altar
mayor.
Fueron numerosos los fieles, hermanos y devotos
que se postraron ante la Madre de Dios para
mostrar honras y honores a la que es dueña de
tantos corazones de esta Tierra.
A las doce de la mañana, alrededor del Altar,
celebrábamos Santa Misa de Hermandad en la que
tuvimos presente al Cuerpo de la Guardia Civil,
Hermana Honoraria de nuestra corporación,
oficiada por N.H.D. Feliciano Fernández Sousa y
asistida por N. H. D. Sebastián Arcos García.
Pese a las vicisitudes que ha provocado esta
pandemia, la Solemne Veneración a la Santísima
Virgen se llevó de una forma normalizada gracias
al protocolo de prevención para el control de
aforos, y que gracias a la responsabilidad de
los asistentes pudo dar buenos resultados,
respetándose las señalizaciones e indicaciones
propuestas.
A lo largo del día pudimos vivir con la
Santísima Virgen momentos muy emotivos: fueron
presentados numerosos niños y niñas recién
nacidos a María Santísima de la Victoria, así
como personas que se postraron un año más ante
la Virgen para agradecer la superación de alguna
enfermedad. También hicieron acto de presencia
las Hermanas Teresianas, camaristas honorarias
de la Virgen, así como diferentes representantes
de la Corporación Municipal y otros grupos
políticos. Abuelos, padres e hijos se postraban
ante Nuestra Señora de la Victoria recordando el
texto del evangelio (Lc 1,39-48); “«Todas las
generaciones me llamarán bienaventurada»”.
La jornada se finalizaba a las ocho de la tarde,
cuando N. H. D. Ignacio Molina Maqueda
clausuraba la Veneración a la Santísima Virgen
precedida por una emotiva meditación y rezo de
la Salve.
Nuevamente, la Virgen de la Victoria regresó a
su capilla, donde fue dispuesta rodeada por
todas las ofrendas que los devotos realizaron a
lo largo del día.
Desde estas líneas, el Hermano Mayor, D. Luis
Manuel Parrales Curcho, y toda la Junta de
Gobierno de la Hermandad de la Victoria, desean
agradecer a todas aquellas personas que han
hecho posible que se haya podido llevar a cabo
este culto que pasará a la historia de esta
Hermandad, especialmente a los fieles y devotos
que, de forma extremadamente responsable,
hicieron cumplir las indicaciones planteadas por
la Promotoría de Cultos para poder llevar de
forma segura esta inolvidable jornada junto a la
Santísima Virgen de la Victoria.
- MARÍA SANTÍSIMA DE
LA VICTORIA, RUEGA POR NOSOTROS. -
GALERÍA FOTOGRÁFICA
VENERACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA DE LA VICTORIA