En el día de hoy, vísperas del Miércoles Santo,
contemplamos el sexto dolor de la Santísima Virgen.
Poniéndonos en presencia del Señor, nos preparamos para
elevar nuestras oraciones, suplicando a Dios por el bien
en la Tierra.
Este penúltimo día de septenario servirá para elevar
nuestras peticiones al Padre y dedicarlo por los que ya
gozan de la presencia de Dios en las alturas, para que
gocen de la dulce mirada de la Santísima Virgen. Brille
para ellos la luz perpetua y descansen en paz. |