Durante toda la jornada del día ocho
y nueve de diciembre, de manera ininterrumpida, la
Virgen de la Victoria ha quedado expuesta en solemne
besamanos para disfrute y veneración de todos sus
fieles.
La Reina del Polvorín quedó entronizada en el altar
mayor de su parroquia y enmarcada por el
esplendoroso altar efímero levantado para Ella en
esta ocasión.
Toda Huelva se postró a las plantas de una Virgen
que se mostraba más esplendorosa que nunca
recibiendo infinidad de ruegos, súplicas y, sobre
todo, multitud de gracias por tantas y tantas
promesas cumplidas, porque Ella todo lo puede.
La Virgen de la Victoria, como es habitual, no dejó
indiferente a nadie y renovó nuevamente el amor de
todo un pueblo que la proclama como Madre, Reina y
Soberana. |