Considerando el elevado número de hermanos
jóvenes con que cuenta la Hermandad y su importancia para el
futuro de la misma, el Director Espiritual y la Junta de
Gobierno prestan especial atención a este grupo de la
corporación y a sus inquietudes y necesidades de formación.
La formación
espiritual de sus miembros, mediante el conocimiento de la
Palabra de Dios, la enseñanza de la Iglesia y la divulgación de
los criterios morales que deben regir su actuación, buscando la
coherencia entre su fe y su vida, así como la formación humana,
estimulando a sus miembros para el mejor cumplimiento de sus
deberes familiares, educativos y/o profesionales y cívicos,
basados siempre en criterios de justicia y solidaridad, son unos
de los fines primordiales de la Hermandad de la Victoria.