En la mañana del 21 de diciembre, cuarto
domingo de Adviento, tuvo lugar la
celebración de la Solemne Función en
Honor de la Santísima Virgen de la
Victoria, como culminación del Triduo
que cada año consagra esta Hermandad en
su Honor, Veneración y Gloria. Fue
presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D.
José Vilaplana Blasco, Obispo de Huelva,
y concelebrada por el M. I. S. NHD
Miguel Fuentes
Naranjo, Director Espiritual de la
Hermandad y Párroco del Sagrado Corazón
de Jesús, así como por su diacono
colaborador NHD Sebastián Arcos García.
Asistieron a la
Sagrada Eucaristía el Sr.
Subdelegado del Gobierno en Huelva y
su esposa, NHDª María Luisa
Guerrero, el Coronel Jefe de la
Guardia Civil, la hermana superiora
y un nutrido grupo de hermanas de la
Compañía de Santa Teresa de Jesús
–Camaristas Honorarias y Madrinas de
la Coronación Canónica de la
Santísima Virgen de la Victoria–, la
Hermandad de la Purísima Concepción
y Triunfo de Cristo, las hermandades
radicadas en nuestra Parroquia, así
como numerosísimas representaciones
de las hermandades de penitencia de
la ciudad.
Dirigió el Sr. Obispo la Homilía, en
esta cuarta semana de Adviento,
hacia la preparación para la
inminente Venida de Nuestro Señor
Jesucristo. Instó a los fieles a
vivir la Navidad con austeridad,
pobreza y vida religiosa, recordando
que el verdadero Dios reside en el
Sagrario.
Antes de ofrecerse el pan y el vino
por parte de Hermanos de la
corporación, el presidente del
Consejo de Hermandades y Cofradías,
D. Antonio González García, en su
nombre y en el de toda su junta de
gobierno, entregó a nuestro Hermano
Mayor la Medalla de Oro de dicha
institución concedida a María
Santísima de la Victoria por su
Coronación Canónica, acuerdo tomado
por unanimidad en reunión de fecha
11 de noviembre de 2013, memoria de
San Martin de Tours. Un presente, el
más sencillo y grande a la vez,
donde van enlazadas todas las
oraciones que todos los cofrades de
Huelva elevan a la celestial Madre
de Dios para implorar toda la
misericordia que Ella desgrana por
sus perfiles de desmedida belleza.
Concluyó la celebración con el canto
de la Salve a Nuestra Señora y, tras
ella, el agradecimiento por parte
del Sr. Obispo al Grupo de Cámara
Santa Cecilia, a los ministros del
Altar y a todo el pueblo que se dio
cita en nuestra Parroquia
abarrotando por completo el templo
que se quedó pequeño una vez más.