Uno de los
principales objetivos al crear esta sección, no
fue otro que dejar reflejados muchos aspectos de
la historia de nuestra Cofradía, nunca
publicados hasta ahora, para el conocimiento de
las nuevas generaciones.
Este año se presentaba para nuestra Hermandad
como un año cargado de grandes e ilusionantes
estrenos. El paso de palio avanzaba a buen
ritmo, con el bordado completo de las
bambalinas, obra de la afamada doña Esperanza
Elena Caro y la inclusión, posteriormente, de
las mallas de bolillo de oro en las mismas ya
que, originalmente, nuestro palio fue concebido
sin las mencionadas mallas. Sería también el año
del estreno completo de la nueva candelería,
obra de Fernando Cruz y el llamador del paso de
palio realizado por don Jesús Domínguez Vázquez,
que regalara don José Peguero Ortiz.
Como cada año antes de subir al portentoso paso
de palio, a la Santísima Virgen de la Victoria
se le realizaría un estudio fotográfico en su
capilla, por parte del mayordomo de la Cofradía
don Francisco Monís Cano, con el tocado que
luciría para esa salida procesional. Para este
reportaje fotográfico la Virgen se atavió con un
manto bordado propiedad de la Hermandad de la
Macarena que, actualmente, pertenece al tesoro
de la Virgen del Rosario de dicha Hermandad y
fue cedido para la ocasión por don Juan Pérez
Calvo, vestidor de María Santísima de la
Esperanza Macarena y, curiosamente, la primera
persona que vistió a la Santísima Virgen de la
Victoria en el taller de Jesús Domínguez en la
sevillana calle Santa Clara.
Nada hacía presagiar la tragedia que viviría
nuestra Hermandad y la ciudad de Huelva. Pocos
metros después de la salida, aún con los sones
de fondo del Regimiento de Infantería Granada
34, un cirio tronchado que cayó bajo el manto,
posiblemente en la salida, provocó el desastre
en el trascurso de la Cofradía por la antigua
carretera de Sevilla, hoy Avenida Federico
Molina, a la altura del barrio Reina Victoria.
Una vez sofocado el fuego la Cofradía regresó de
inmediato al Templo. La Junta de Gobierno
durante varias horas deliberó las distintas
soluciones y comenzó a organizarse. A las
órdenes de don Mariano de la Roca un elevado
grupo de hermanos y vecinos arrodillados
comenzaron, palmo a palmo, a rastrear en el
suelo -por entonces de tierra- para recuperar
todas las valiosas joyas de la Virgen que habían
desaparecido al sofocarse el fuego con los
propios costales de los costaleros. Dicha zona,
previamente, fue acordonada por la Policía
Armada que, a su vez, montó un dispositivo con
un tendido eléctrico de grandes focos para
facilitar las tareas de búsqueda durante toda la
noche. Aparecieron todas las joyas e incluso
algunas más, como la ya conocida historia de la
cadena que pende del cuello de la Reina del
Polvorín.
La noticia corrió como la pólvora no sólo en
Huelva sino en toda España. Prueba evidente de
ello es que horas más tarde de dicho suceso
nuestra Hermandad recibe un telegrama de
condolencias del General Jefe y Fundador de la
Legión don José Millán-Astray y Terreros
ofreciendo su colaboración para todo cuanto la
Hermandad necesitase. Dicho telegrama,
actualmente, se conserva en el archivo histórico
de nuestra corporación como una pieza de
especial valor documental. Igualmente se recibió
un telegrama de condolencias de la Hermandad del
Silencio de Sevilla. No en vano, cabe destacar
que el incendio del paso de palio fue noticia en
el diario ABC de Sevilla y ABC de Madrid en días
posteriores, ocupando una página completa del
mismo.
Todos los barrios de la Virgen y la ciudad de
Huelva en general se implicaron en diferentes
actividades con el fin de recaudar fondos para
la reconstrucción de la imagen y su trono. El
Domingo de Resurrección, 5 de Abril, por expreso
deseo de sus feligreses la imagen quedó expuesta
en su capilla, portando en sus manos el cirio
que provocara la desgracia con un crespón negro.
Ese mismo día se recaudó en una bandeja de plata
junto a la imagen nada más y nada menos que la
cantidad de seiscientas pesetas en perras gordas
entre los vecinos de la feligresía. Las
Autoridades Civiles y Militares de Huelva
realizaron numerosas suscripciones para la
causa, encabezados por el Sr. Gobernador Civil
de la Provincia, don Francisco Summers, y el
Excelentísimo Ayuntamiento de Huelva con 5.000
pesetas respectivamente cada uno. El Viaplana y
el España, dos equipos de fútbol de nuestra
ciudad, organizaron diferentes campeonatos
amistosos cuyos beneficios fueron destinados a
nuestra Amadísima Titular. De igual modo, una
joven del barrio de nombre Pepita Valladares,
cuyo padre fue en tiempos torero, hizo entrega
de su traje de luces bordado para La Virgen o
para lo que la Hermandad viese oportuno. En la
actualidad esos bordados conforman el terno
bordado de la imagen de San Juan Evangelista. La
Hermandad de las Tres Caídas haría donación de
una saya bordada por don Francisco Contioso.
Otro de los aspectos nunca antes publicados
concierne a las cuadrillas y capataces de ese
día. Ese año se ponía al mando de los pasos de
nuestra Cofradía el capataz Biedma, que tenía
una gran influencia de la Semana Santa
sevillana. Por tal motivo, era la primera vez
que nuestros pasos iban portados con costaleros
con costales ya que, por aquellos años, no eran
habituales los costales entre los cargadores del
muelle de nuestra ciudad. La Hermandad, por
medio del tesorero don Manuel Serrano Maíz,
haciendo gala de su elegancia, abonó a los
costaleros de ambos pasos el jornal
correspondiente a la parte del extrarradio, un
total de dos mil sesenta pesetas, siendo el pago
de la siguiente manera: 72 hombres a veinticinco
pesetas, total mil ochocientas pesetas; 2
contraguías a veinticinco pesetas, total
cincuenta pesetas; 2 aguadores a diez pesetas,
total veinte pesetas; 2 capataces de cola y 2
capataces de cabeza a diez pesetas cada uno,
total cuarenta pesetas y el capataz ciento
cincuenta pesetas.
En definitiva, con todos los datos existentes
puede apreciarse el impacto que tuvo el incendio
del paso de palio de María Santísima de la
Victoria, así como el calado que, desde siempre,
ha tenido la Reina del Polvorín dentro y fuera
de nuestras fronteras.