Fotos: Archivo Hermandad y José Ángel Márquez
El 1 de
abril de 1942 se produce en el
itinerario de nuestra Cofradía un cambio
trascendental que configurará la personalidad de
la Hermandad en la calle y que, de alguna forma,
vino a confirmar una nueva faceta dentro de la
Semana Santa de Huelva: el paso por la Plaza
Niña para hacer
Estación de Penitencia en el convento de las
Hermanas de la Cruz y premiar, de
este modo, su abnegada y apostólica vida.
Este Miércoles Santo nuestra Hermandad
revolucionó la estética anterior de muchas
formas y, con este cambio en el itinerario,
calles totalmente despreciables para las
procesiones saboreaban un nuevo sentimiento a su
paso. La Hermandad de la Victoria abría así
calles olvidadas para visitar a las hijas de
Santa Ángela de la Cruz, siendo ella, con su
cruz de guía, la que abrió el paso al resto de
hermandades de la ciudad.
La
Virgen de la Victoria es la primera que hizo
camino por aquellos lugares, arando ese terreno
de gloria y realizando estación de penitencia
frente a las Hermanas de la Cruz, convirtiendo,
desde entonces, la puerta del convento, con esa
visita, en un lugar indispensable para la Semana
Santa de Huelva.
La
propuesta partió del recordado mayordomo
perpetuo, don Francisco Monís Cano, para
asemejarse, con el paso de nuestra incipiente
Cofradía, a la sevillana Cofradía de La Amargura
de San Juan de la Palma, siendo el itinerario de
aquel Miércoles Santo de 1942 el siguiente :
carretera del
Matadero, Alameda Sundheim, 18 de julio, General
Primo de Rivera, Calvo Sotelo, Concepción,
General Mola, General Sanjurjo, Hernán Cortés,
Vázquez López, Murillo, Rábida, Santa María,
Plaza Niña, Hermanas de la Cruz, Alonso Sánchez,
18 de Julio, carretera de Sevilla y Templo.
Abría marcha la Cruz de Guía y dos largas de
filas de nazarenos. Acompañaban en el cortejo
las niñas del hogar escolar de auxilio social.
En la presidencia, además del hermano mayor,
figuraban la junta de gobierno, los gestores
municipales (señores Gómez y Suárez),
representación militar, jerarquías del
Movimiento Nacional y hermanos mayores de
diferentes Cofradías. A continuación el paso de
palio de María Santísima de la Victoria, la cual
lucía valiosas alhajas, así como el estreno de
la corona de Seco Velasco, regalo de don José
Zayas en nombre de sus hijas. Cerraba el cortejo
la Banda de Música Municipal.
La
procesión fue presenciada por un inmenso gentío,
realizándose la entrada en el templo a las doce
de la noche.