En la tercera y última jornada del Triduo
Preparatorio de la Coronación Canónica de María
Santísima de la Victoria, presidió el Cardenal Arzobispo
Emérito de Barcelona Ricardo María Carles Gordó con una
notable presencia de fieles y representaciones de
Hermandades y estamentos sociales de la ciudad.
Su Eminencia comenzó su homilía
recordando las palabras del Obispo de Huelva, D. José
Vilaplana, en las que invita a que la coronación
canónica de María Santísima de la Victoria sirva para
que se convierta en un impulso de renovación espiritual
en un encuentro personal con el Señor.
Hizo especial hincapié en recordar la
importancia que tiene María como madre de Jesucristo y
elogió a María, a la que invocó siempre en su advocación
de Virgen de la Victoria, como la más perfecta criatura
humana, recalcando por este hecho que la Iglesia no
menos precia a la mujer, porque María es la más perfecta
persona humana y es mujer.
Por último se refirió al espíritu de
confraternidad entre los miembros que forman la
hermandad por su vínculo con María y terminó con
palabras del Concilio Vaticano II señalando el amor
especial a la Madre de Dios, unida en lazo indisoluble a
Jesús. En la misa intervino la Camerata Vocal
Concertante interpretando al final el Salve Madre.